COCO A POCO
Nace de las charlas que hemos tenido con nuestro querido amigo Kike mejor conocido como Don Cocos, con quien hemos tenido la fortuna de convivir, casi todas las noches, después de cerrar la tienda.
En su triciclo confiable, los cocos se mantienen fríos sobre bloques de hielo, tallados por él con la miesma coa con la que destaja el exterior del coco y despega la pulpa blanca, una vez que te acabaste el agua fresca. Para los aventureros, y los conocedores, se puede disfrutar la pulpa con tantito chile (receta que el mismo prepara) y limón.
Hemos conocido la ciudad en sus historias, aventuras, recetas de comida y travesuras, y hemos visto de primera mano el papel valioso que juega en la comunidad: una figura leal, generosa en
lo que transmite y responsable con el medio ambiente.
Habla un idioma secreto con los cocos y lo comparte con quienes se acercan. No es nada menos que un maestro.
Celebramos dos años en Mérida retribuyendo a los grandes personajes de la ciudad, entre ellos, el icónico Don Kike.